¡Eh! ¡Pero estate atento! Que hay trenes que solo pasan una vez, y no vuelven... Por mucho que te empeñes y por mucho que lo desees no van a volver. Pero tampoco te pongas a llorar o lo des todo por perdido cuando ese tren se ha marchado, porque mientras que lo haces estás perdiendo otros muchos que están pasando a tu lado, muy pegaditos, y no los ves solamente por estar pensando en lo que hubieras tenido que hacer para que aquel otro tren se quedara fijo en tu estación. Me estás entendiendo, ¿verdad? Que vivas al día y no te estanques en el pasado, que sonrías, que no temas a equivocarte, ¡equivócate! te servirá de lección. Demuéstrale a todos lo que vales y si te envidian, déjalos, para ellos eres un tren muy veloz y por mucho que aceleren su velocidad nunca llegarán a ponerse a la par contigo y mucho menos a superarte.
Hazme caso y disfruta, ¡disfruta todo lo que puedas!